Nueve de Junio

Hay una cuestión con el amor,
y es que no se acaba. 

Uno va por ahí amando,
tan campante.

Hermanos, novios, amigos,
abuelas, tías, primas,
pájaros y árboles...
se da cuenta que ama uno hasta las piedras y el río.

Tormenta - a veces-
imperceptible -las más-.

Pero hay formas del amor
que aún en el desgaste 
prosperan:

Filas de hormigas
que entre hojas y palitos 
llevan promesas de un bosque a sus espaldas. 

Amores, que de tan hondos,
se vuelven desconocidos,
hasta que ve uno por ahí
alguna especie antigua
que reconoce como propia:

El ojo de la ballena
mirándote con curiosidad.

No importa
si vos decides que tu palabra 
se demora en volver a tomar el té.

Está bien. 

Mi sangre y la tuya ya tienen sus acuerdos,
y mi amor,
manatí en el río,
rosa y sextante
acompasa tu andar. 

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