Esta no es mi casa.
Mi casa tiene jardines por donde caminar descalza, con un banquito para tomar café y, eventualmente, fumarse un cigarro. 
Mi casa se desviste de noche y entibia el cuarto para felicidad de los cuerpos. 
Mi casa se esconde entre guayabos y mantos de María, se llena con el silencio de las cigarras y se envuelve en la tranquilidad de lo simple.
Mi casa me ofrece una hamaca, abre ventanas para que pase el aire, entibia un café oscuro y con dejo a madera.
Esto no es mi casa.
Y tanto esfuerzo por volverla algo parecido ya me parece inútil. Me resisto a perderla pero ya se fue, y poco a poco me llega la tranquilidad de ese duelo en el duelo repetido.
Ya no importa -y tanto que -. Puede ser al sonido del despertador, o cuando los glaciares ya no lo vayan a ser más... este es otro sueño a la venta, con fotos de las flores y los guayabos y el banquito para el café.

Comentarios

Entradas populares