La tierra te sea pesada.
Que las flores se te atraganten en la mirada y el destello de colores te confunda la belleza. Cada lluvia inundación, tormenta, río crecido y cada bota izquierda se vaya rumbo al Cauca.
Que ningún amanecer vuelva a tener niebla y los atardeceres tengan todos mosquitos a los que nunca se acostumbre tu piel.
Que el polvo recubra las superficies de todo lo que tocas y que todas tus toallas tengan un dejo amarillo que no quite el agua que cada día ensucias.
Que los pájaros se mueran en tu camino, que los gatos no vuelvan nunca a tu casa, que el arróz se te queme siempre.
Que cada casa sea un hotel, que cada amor una cita fallida y que tu corazón quede siempre con este vacío que siente el mío en el recuerdo de mi río, de mi casa, de mis flores, de mis amaneceres y atardeceres, de mi hamaca y de mis pies en la tierra.
Que la tierra sea pesada en tus hombros y el amor se te atragante en la caricia.
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