Grietas (IV)
Cuando era niña vivía trepada en los árboles.
Las manos, siempre llenas
de una sustancia que olía a pino:
pegajosa,
negra de tanto atraer la tierra.
Ámbar en su nacimiento,
cubría los rasguños
que dejaban
niños y animales.
cubría los rasguños
que dejaban
niños y animales.
Mis manos se divertían
haciendo bolitas,
atrapando diablitos.
haciendo bolitas,
atrapando diablitos.
Sustancia dorada
que cubría el espacio
entre una capa y otra de corteza,
dulce
como el susurro del musgo
que se nos enredaba en el pelo.
Forma de acompañar
grietas y resquebrajaduras,
de cerrar heridas
y dejar a la palabra florecer.
Comentarios
Publicar un comentario