Aleación
El
poema empieza con un
"está
de noche".
Claro
plagio de otro que traduzco.
El
asunto es que no quiero dejar la costumbre de escribir
aunque
sea una línea.
Las
reiteraciones temáticas
(la
herencia, el tejido, el café, la feminidad y la maternidad)
se
vuelven esta cosa pastosa que se le pega a las letras.
Intento
dejarlas a un lado.
Pero
en el grafito Daniela, Natalia, Carmen, Cathe, Ana.
Reiteraciones
vitales de esto que es ser mujer.
Formas
de lo que admiro, lo que no soy.
Vuelve
la reiteración.
Puedo
decir que mi escritura está en la herida.
Se
concentra en el grito.
Más
bien en las variaciones al grito:
Lavar
la loza, tender la cama, barrer el piso.
Grito.
No
muy diferente al de subir notas o escribir esto.
Grito.
La
cuenta vacía.
Grito.
También
está la recurrencia del café,
de
la puerta automática,
la
moto que pasa.
un
faro sobre hielo,
la
vía láctea en noches nubladas,
en
el mar del sur que me recorre las venas
y
que palpita por primera vez
en
un parque
de
la ciudad más austral del mundo.
De
la herida salieron flores ese julio
Y,
sin realmente darme cuenta,
del
Estadio Nacional y Tierra del Fuego
brotó
lava.
"Duermen
con la cabeza en la cordillera
y
los pies en el mar"
dijo
algún taxista bonaerense hablando de mi papá
(de
mí).
¿Cómo
se habita una herida?
¿Cómo
se escribe la herida sin abrirla más?
¿Es
la herida herida o forma?
Una
aleación,
Eso
es esto de escribir,
ya
de día.
La
herida y la recurrencia,
la
cordillera y el mar.
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