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Mostrando entradas de septiembre, 2025

732 años

Tengo 732 años,  y una paciencia arrugada que ya no me permite  sino sonreírle a los desconocidos en la calle y mandar lo más lejos posible a otros, que pretenden ser tan livianos como  kilos y kilos de plumas  comprimidos en un cm². Soy experta mediadora de conflictos, comprendo las razones y sinrazones del proceder humano, defiendo la irracionalidad a capa y espada y miro por encima del hombro  a la intelectualidad de cafetín. Me creo, con mil razones a favor,  una chimbita que salta descalza en los charcos  y desfila con tacones en reuniones  de cooperación internacional por igual. Me miran, con otras mil,  como una paria sin arraigo ni horizonte en un universo endógamo. Es la vida: Yin y yang. O, más jungiano, la Carroza.

Este juego

Este juego, imaginar arrastrarte a la bodega, pedirte que me ahogues el calor entre sillas plásticas, teclados y café en grano. Rogando, de por Dios, que vengas a llenarme la entrepierna de colores,  de susurros,  de amasijos. De pie, adorándote, que las rodillas no pueden  ser más plebeyas ni herejes que cuando besan el suelo frente a ti. En tus dedos soy un papelito de origami, una pieza musical con demasiadas notas en falso aún. Hay que practicar, hombre, hay que practicar.

Porque hoy es sábado

Silvio dice "Entre el espanto y la ternura" Y yo digo -Ft.him- "el lavaloza y las acotaciones" En el medio las tres ancianas, horizontes, lluvias torrenciales, agua que se empoza. No hay nada más, en realidad. Nada fuera. Las macetas de un vivero, el bosque.

Vida

Me pediste que te hiciera un poema. Va: Yo tengo el café  tostado y molido,  tú traes la cafetera.

No/es (Is/Not) - Margaret Atwood

Amar no es una profesión gentil o no el sexo no es odontología rellenar pulidamente dolores y cavidades no eres mi doctor no eres mi cura, nadie tiene ese  poder, eres apenas un compañero de viaje Abandona esta preocupación médica, formal, atenta, permítete la rabia, y permíteme la mía que no necesita ni de tu aprobación, ni de tu sorpresa que no necesita legalizarse que no es contra una enfermedad sino contra tí, que no necesita ser entendida  o lavada, o cauterizada, que necesita, mas bien, ser hablada y hablada. Concédeme el tiempo presente.  Is/Not Love is not a profession genteel or otherwise   sex is not dentistry the slick filling of aches and cavities   you are not my doctor you are not my cure,   nobody has that power, you are merely a fellow/traveller   Give up this medical concern, buttoned, attentive,   permit yourself anger and permit me mine   which needs neither your approval nor your suprise   which does not need to be ma...

Microespacios

Es mi estudio:   hay marcadores y gubias,   acuarelas y libros.   Demasiados libros.   Los más amados, perdidos;   mensajes   entre manos amadas   y olvidos circunstanciales. (Compa,   no se le roban libros a una persona   que vuelve a ellos   para respirar   en verde y oscuro). Hoy este cuarto tiene apenas   un microespacio de movimiento:   no hay plantas ya,   no hay nada de tomar:   un labial,   insecticida,   un teclado que debe irse pronto. Y me paro en este instante   de caos.   El dolor recuerda   lo que el pensamiento exige:   silencio,   oscuridad,   calma. Quizá olvido.   O el retorno, lento,   a la curva sobre el papel,   dibujando   golpes de dados   en mi universo.

Malaki

Esta noche también es mía  Como la pereza,  o la lluvia recurrente que se empoza  en los bordes de la calle y te deja emparamado, íngrimo. Como este cansancio.  Imagínate. Mientras caminaba vi cuatro luciérnagas.  Estaban juntas, volando sobre el árbol de mandarina. Pensé en la situación: cuatro luciérnagas aún no han visto el LED que van a confundir con la luna. El partido de fútbol está en la tele (mami🎶) yo me tomo una cerveza, y, mientras los carros pasan, te suelto al mar.

Aleación

El poema empieza con un  "está de noche". Claro plagio de otro que traduzco.   El asunto es que no quiero dejar la costumbre de escribir  aunque sea una línea.   Las reiteraciones temáticas  (la herencia, el tejido, el café, la feminidad y la maternidad)  se vuelven esta cosa pastosa que se le pega a las letras.    Intento dejarlas a un lado. Pero en el grafito Daniela, Natalia, Carmen, Cathe, Ana.    Reiteraciones vitales de esto que es ser mujer.  Formas de lo que admiro, lo que no soy. Vuelve la reiteración.   Puedo decir que mi escritura está en la herida.  Se concentra en el grito.  Más bien en las variaciones al grito: Lavar la loza, tender la cama, barrer el piso.   Grito .  No muy diferente al de subir notas o escribir esto.  Grito . La cuenta vacía. Grito .   También está la recurrencia del café, de la puerta automática, la moto...

Doña Rosario

Yo partía galletitas Ducales mientras escuchaba las oraciones, con las esssssesss repetidas, reptantes. Una cucharadita de azúcar, un cafecito, un poquito de leche, gracias, y el Diosssstesssalve enredado entre el rosario y las medias Ritchi, los zapatos planos —nunca de tacón— sobre el piso de madera viruteado, encerado, brillado. De lo que nunca me enteré fue de los antes y los después, esos que se discutían en cama después del noticiero de las siete: que el señor Velandia y Alicia, que el doctor Algunacosa había comprado un carro, que la hija de doña Rosario había quedado en embarazo. Lecciones ejemplarizantes antes de dormirme en el sofá del lado. Las ánimas, les decía mi abuelo. Las Marías, Alicias, Lolitas, Isabeles. ¿Qué de ellas soy? Ya no tengo santos juzgantes, aunque tampoco con quién rezar el rosario. No cruzo las piernas. Procuro no romper nada en pedacitos, —el pan sí— pero para el bocado justo, antes del sorbo de café. Me siento a tomar algo, un...